El 2º chakra. Capacidad de dar y recibir amor en una relación de pareja y sentir placer tanto en las relaciones como en cualquier otra vivencia. Es el centro de nuestra creatividad, una parte se expresa a través de la sexualidad, generando nuestra puerta de entrada y aportación a la mayor creación humana, la Vida.
La sexualidad humana es una forma de manifestación de la fuerza de la vida que puja por abrirse paso en este planeta y un espejo del acto perpetuo de la creación que se realiza ininterrumpidamente en todos los planos de la Tierra.
En el transcurso del desarrollo y creación del mundo, hubo un instante en esa creación que surgió la multiplicidad a partir de la unidad, el Ser se dividió primeramente en dos formas fundamentales de energía: una masculina fertilizadora y una fuerza femenina engendradora. Los chinos dieron a estas fuerzas originales la denominación de yin y yang. Del juego de estas energías surge la creación. El yin femenino es fertilizado continuamente por la semilla masculina del yang y engendra la vida en sus formas infinitamente variadas.
A nivel humano, este juego de fuerzas se manifiesta como sexualidad. Mediante ella, el hombre está unido en su totalidad con el perpetuo acto de la creación de la vida.
Estas dos fuerzas se manifiestan en todo el universo también como polaridad. Para poder existir, todo tiene un polo opuesto. Cada uno de los polos sólo existe por el otro polo; si desaparece una polaridad, tampoco existe la otra. Esta regla fundamental puede aplicarse a todo. Por ejemplo, sólo podemos expirar si también inspiramos; si dejamos uno de ellos, también se nos priva de lo otro; lo interior condiciona lo exterior; el día condiciona la noche; la luz condiciona la sombra; el nacimiento, la muerte; la mujer, el hombre, etc., siendo en todos los casos ambas polaridades mutuamente intercambiables. Cada polo necesita complementarse con un opuesto.
El equilibrio existente en el universo que nos rodea, es el resultado de las relaciones entre las parejas contrarias. Como en este universo todo se encuentra en un perpetuo flujo de movimiento, cada polo esta ya presente en forma latente en el correspondiente polo opuesto.
Dolores Picallo