Además, el ser humano está compuesto básicamente de un 70% de agua, con las correspondientes cargas electrolíticas que todo líquido contiene. Emitimos y recibimos cargas eléctricas y, todo ser humano, es un conductor idóneo de la energía precisamente por tener tanta agua en el cuerpo.
La energía entra en el cuerpo por los alimentos, el aire y el sol, también a nivel energético nos vemos influidos por el entorno (geopatologías, líneas de alta tensión, enchufes, las personas que nos rodean…)
También somos alimentados y sustentados por otro tipo de energía menos terrestre, la energía sutil proveniente del Universo. Cada cultura la denomina de diferente manera, la tradición china la denomina «Chi» o «Qi» y la tradición hindú «Prana».
Para procesar esta energía contamos con los chakras.
Cada chakra cumple tres funciones básicas:
Central emisora de energía, es como un canal de expresión de la energía generada en el interior de la persona, propaga nuestra energía personal y singular hacia el exterior, incidiendo en todas las cosas y sobre los demás seres.
Central receptora, recibe todas las ondas, vibraciones, frecuencias… que llegan hasta un individuo procedentes de diferentes a fuentes, asimilando aquellas que son compatibles con la persona y repeliendo las incompatible
Central transformadora de esa energía. Es como una planta de transformación que procesa toda la información recibida para poder ser descifrada, interpretada y utilizada por los meridianos que la distribuyen a todo el sistema orgánico.
Los meridianos son como canales de circulación energética, un total de catorce bilaterales distribuyen esta energía a todo el organismo, donde acaba un meridiano, nace otro; y donde éste termina, empieza el siguiente, y así sucesivamente.
Esta energía nos permite, por un lado, llevar a cabo acciones físicas, emocionales y mentales. Por otro, hace que las células puedan reproducirse correctamente. Si la energía llega bien a todo el cuerpo, todo funciona, pero no siempre es así. Cuando hay un impacto emocional (conflicto, disgusto…), si no se libera al momento, hay un estancamiento de la energía, se obstruyen los meridianos y la energía se convierte en materia provocando un bloqueo.
Los bloqueos energéticos funcionan como filtros que van alejando a la persona de quien realmente es y esto conlleva problemas de miedos, inseguridad y falta de autoestima. El individuo al sentirse vulnerable, crea corazas y se muestra diferente ante los demás como mecanismo de protección. Todo ello puede provocar trastornos físicos y emocionales
Dolores Picallo
Terapeuta Holística.
Especializada en Kinesiologia.